Teatro, manipulaciones, agradecimientos, propuestas y buitres

El canal de Telegram de mi partido (@infoPCA) publica cada semana una Agenda Cultural muy recomendable. En esta ocasión, por ejemplo, recomienda dos obras del Teatro del Barrio que pueden verse en youtube: ‘Emilia’ (Pardo Bazán) dirigida por Anna R. Costa, y ‘Masacre: una breve historia del capitalismo español‘, de Alberto San Juan. Viene muy bien esta última para estos tiempos en que la burra no ceja de volver al trigo ni desatender ningún resquicio.

Algunas pequeñas y grandes historias de un domingo en el que nadie habla del cambio de hora

Domingo: un día cualquiera no sabes qué hora es. Intento mantener la rutina que permite seguir girando la rueda; al levantarme, los ojos bien lavados con champú para niños, alianza austera para combatir la amenaza de los chalaziums, según indicaciones del doctor-oculista-activista Alfonso Romera. 

Crónica de ángeles y diablos

“Puedo contar una historia de ángeles, pero no sería la verdadera historia. La mía es de diablos mezclada con ángeles y un poco de mezquindad. Hay que tener algo de todo para seguir adelante en la vida”. Cuánta verdad puede haber en una frase como esta de Astor Piazzolla en su libro de memorias. Me asomo sin mascarilla a la ventana de Facebook y salgo cantando ‘ya sé que estoy piantao’, pasajero accidental del viaje de la mezquindad al odio contagioso. No doy ejemplos: tú los conoces.

Arquitectura y moralidad

Resulta que no necesitamos un estadio para aplaudir, que nos vale con una plaza, una calle, unas ventanas de bloque de pisos vpo, balcones o azoteas, comunismo de palmas en plena distancia social, sin distinción de sexo ni raza ni creencias ni edad… al final, cada cual aplaude desde dentro de sí con lo que le venga en gana, incluso la sirena del vehículo de emergencias que pasa, el altavoz para la ocasión sobre el pollete, entre los geranios y la planta aloe vera, la marcha de la hermandad que no hará la procesión este año, la saeta que no se agarrará a la reja, la Internacional que nunca debió olvidarse, el himno de Riego para el preoparao o el de Blas Infante o el de la legión si cabe, que a estas alturas necesitamos muchas manos pero solo un corazón, nos podemos llenar de exquisiteces pero ya sabemos que hay mucha -pero mucha- gente que se ha dado cuenta de que la sanidad pública vale un potosí que no se paga con recortes ni privatizaciones ni fake news en los grupos de whatsapp.