Uno puede colarse por una grieta, pero no puede derribar un muro. Ni siquiera un lunes de aterrizaje suave, siempre inconcluso, como aquella canción americana de cuando U2 dejó de meterse en jardines.
¿Qué será más increíble, lo de la oreja de Putin o la declaración de guerra mental de Uri Gueller? Yo diría: que lo segundo aparezca en la sección de Cultura de ABC.