Pertenezco a ese ramalazo generacional

que, como Antonio Luque, observamos con cariño las viejas fotos de la primera comunión, pero decidimos que nuestros hijos crecerían moritos. Las mías (mis fotos), una en color de Estudio Alba y otra cutre en blanco y negro rotísimos, con tres amigos del alma, en medio del albero donde se cortaban las avenidas Reyes Católicos y Los Pirralos, entonces Cardenal Cisneros. Gracias a los abuelos comunistas, el asfaltado, las aceras y el agua potable llegaron años más tarde a esos barrios humildes de Dos Hermanas. Hoy sería un troleo peatonal marcarse un selfie en ese mismo cruce.

No todo va a ser follar

Sales de casa a las 8,35 h. silbando una canción de Javier Krahe que has escuchado la noche anterior. Camino de la escuela, tu hijo te pregunta cuál es la diferencia entre un colegio público y uno privado. Cuando se lo explicas, te dice que él, de mayor, llevará a su niño o niña al Cervantes.

La normalidad en la radio pública estatal es tal que los tertulianos y tertulianas de ABC ya son los más progresistas y argumentar no es necesario porque el Partido de los Cuñados ha implantadp el sentido común. El techo de gasto es el sentido común, es sentido común que las pensiones públicas son insostenibles y los recortes son sentido común y constitucional.