Alguien que espera la hora, pero en todo caso no es la nuestra

En el ‘Libro de Manuel‘ de Cortázar he encontrado la metáfora perfecta para definir con elegancia a una persona que (pon tú el calificativo, nombre y apellidos): alguien «que espera la hora».

-¿La hora de qué?

-Ah, eso…

-Tenías razón -dijo Susana-, Andrés está esperando una hora pero vaya a saber, en todo caso no es la nuestra.

O sea: «(…) es alguien que espera una hora, pero en todo caso no es la nuestra».

Evitar los renglones torcidos

La importancia de escribir a mano puede ser ninguna o toda. El 15 de febrero, desayunando en Fuentes de Andalucía, el maestro Juan Morillo me contó la mañana que llevó sus papeles clandestinos al archivo histórico de Comisiones Obreras. Cuando puso en el mostrador la caja con todo, la compañera apartó a un lado folletos, periódicos y documentos impresos («esto lo revisaremos por si nos falta algo. Si no, lo reciclamos») y los manuscritos a otro («y todo esto nos lo quedamos»).

En tránsito: de ‘on the road’ a ‘on the desk’

Me quedo en casa, sin hastag, después de asumir que una mano en el hombro cuenta más de mil Likes aquí. Lo he aprendido en la crítica del disco de los alemanes The Düsseldorf Düsterboys, donde también se afirma esta maravilla: «Entre gente inconsciente con ideas afines puedes desperdiciar tu vida aún mejor que en Twitter».