La generosidad
Lo más emocionante de esta mañana en la concentración del Parlamento ha llegado cuando una mujer se acercó a abrazar a Antonio Maíllo con lágrimas en los ojos. «Llevaba mucho tiempo deseando verte para abrazarte», le dijo. No sé si él, entre el barullo de gente a su alrededor, se dio cuenta. Ella me contó luego que había perdido a su hijo de 30 años por un cáncer de estómago que no pudo atajarse a tiempo.