La mémoire neuve

Antes de irme al parlamento, en la cafetería donde desayuno, suena una canción de discoteca de los ochenta en KissFM; no recuerdo quien canta, pero es prima hermana de Modern Talking. Ayer hizo 35 años de la publicación de ‘Panic’ y 365 días exactos de nuestra visita al Museo de Ocaña, en Cantillana. No sabría decirte qué ha pasado más rápido, but everything’s gonna be alright.

Silueta, oleaje, World in Motion

Desayuno con diamantes: «Triunfar en la vida a menudo exige cambiar de ideal, no cambiar de vida para que triunfe el ideal». Lecturas dominicales geopolíticas: la nueva Constitución en Chile, el centenario del PCCh, el turismo social vs. el turismo de consumo en Francia… todo con necesidad de Julia, eclectrónica contra la canícula. Rozamos las paredes donde las aceras en sombra; en la cola de la panadería, una mujer envía un audio por WhatsApp: «son las dos de la tarde y no hay nadie por la calle en Dos Hermanas».

Puzle, desvarío, Rasputín

Cielo blanco en el el parkour del fin de semana, cambio climático a la parrilla para el chuletón del presi y la papada photoshopesca de Zoido del tamaño de la homofobia de Orbán. Aquí abajo, pero más abajo todavía, explotan los transformadores de Endesa, que culpa a la marihuana (esto es, a la policía, ¿no?). El señor Badii habla por mí: «No es que no lo entiendas, es que no puedes sentirte como yo».

Ucronías, abuelas rojas y el enemigo real

«Vayámonos lejos y no volvamos nunca», dice la enamorada de ‘Un verano con Mónica’, la película de Bergman. Todo el mundo lo ha pensado alguna vez, pero casi nadie lo ha puesto en práctica, salvo quienes se han visto en la obligación de huir de guerras, miserias o persecuciones. Cuando paso junto a un bar y escucho a unos fascistas cantar el himno y lanzar mensajes de ultratumba, o cuando veo el comunicado de IU El Viso sobre ataques homófobos a una pareja por tener la bandera arcoiris en su balcón… dan ganas de irte; pero ¿adónde? Y por otra parte ¿nos perdonaríamos un futuro de relatos ucrónicos sin haber luchado?

A lo largo de la mañana atraviesan el cielo varios aviones de guerra (o varias veces el mismo), haciendo ese ruido característico del trueno que hemos visto y escuchado también en la reciente masacre al pueblo palestino. Pero seamos positivos: hoy es el Día Internacional del Beso Robado («ese beso entregado al aire es para ti…»). Dicen que el beso reduce la presión arterial, disminuye el colesterol en sangre, alivia el estrés, combate el dolor y dispara la endorfina en nuestro organismo. Lo contrario a la política, vaya.