Day in Day out

No soy fan de Antonio Maestre porque se pasa de frenada con frecuencia, pero lo veo incontinente antes que contingente y le reconozco su ingenio en el uso de la argumentación popular: «Los tontos de la bandera tienen una función definida y repetitiva: restregártela por la cara y cuando les apartas la mano aludiendo a tu espacio personal acusarte de antiespañol». Sus columnas y tuits son (a veces) nutrientes para el desayuno.