Miedo rabia tristeza alegría.

En la plaza de mi pueblo, como en las plazas de la mayoría de los pueblos, había un casino donde cada noche gorroneaban el cura, el terrateniente, el jefe de la comandancia de la guardia civil, el juez de paz y el alcalde franquista. El cine patrio de los 80 reflejó muy bien aquella España, lo mismo que la España de hoy se parece más a la catalana Rosalía cantando por bulerías en Fibes (o, frivolidad mediante, a Piqué entre el público viendo cómo premian a Shakira), y mucho menos al espectáculo hiperbólico que dieron las derechas dentro y fuera del Congreso.