La banalidad y la rebeldía.
No hay nada más horrible, insultante y deprimente -observaba Chéjov- que la banalidad.
Agitpop
Por algún disloque mental piensas en manos frías cuando vas a buscar el regalo de tu amiga invisible, igual que pones a Henry Mancini para las tareas domésticas o tu duermevela se despacha con una canción de Silvio Rodríguez («iba matando canallas con su cañón de futuro»).