A lo largo de la mañana atraviesan el cielo varios aviones de guerra (o varias veces el mismo), haciendo ese ruido característico del trueno que hemos visto y escuchado también en la reciente masacre al pueblo palestino. Pero seamos positivos: hoy es el Día Internacional del Beso Robado («ese beso entregado al aire es para ti…»). Dicen que el beso reduce la presión arterial, disminuye el colesterol en sangre, alivia el estrés, combate el dolor y dispara la endorfina en nuestro organismo. Lo contrario a la política, vaya.

Parque Alcalde Isidoro Núñez González

El nombre de nuestro camarada Isidoro Núñez ya rotula el Parque Norte de Mairena del Alcor. No he tenido posibilidad de conocerle por sus problemas de salud, ni a su mujer, Trini, que no quiere dejarlo solo nunca; pero sí he podido saber más de él, gracias a compañeras y compañeros presentes en el acto, como Juan Holgado (entonces joven alcalde de El Viso) que compartieron aquellos años difíciles con Isidoro, las dificultades de llevar un pueblo desde cero en casi todos los sentidos, inmediatamente después de la dictadura, y los sacrificios y logros de su mandato.

El fútbol no tiene la culpa, pero un partido de la selección es la chance perfecta para que unos jóvenes ultras canten el himno con letra de enciclopedia Álvarez y griten «España una, España grande, España libre» justo después de un gol, en un bar en pleno centro de Dos Hermanas, a escasos metros de la esquina donde todo el mundo tenía que pararse a hacer el saludo fascista a partir de julio del 36. Si no vuelves a pasar por allí, por tal de no escucharlo, sabes que estás cediendo espacios, que no es como bloquear una cuenta en una red social.

Sinestesia de lunes

El discreto encanto de la burguesía en el desayuno bufé libre de un hotel junto al mar. Aunque puedes comprarte cuarto y mitad de parcela en Marte (no será de verdad, pero apunta maneras), la vida camina por las calles de occidente como metáfora de Kiko Veneno (: andar descalzo duele, los zapatos nuevos duelen, pero lo que más duele es no saber por qué te duele). La cara b es que el hambre en el mundo no sea como mi hambre de ti. En una entrevista que le hicieron días atrás, KV dijo que a este planeta le quedan dos generaciones para la distopía; pienso en ello y me agarro al placer de las pequeñas cosas, como planchar camisas blancas escuchando ‘Suddenly’ de Caribou a una hora prudente de la tarifa eléctrica.