El objeto de la civilización

Primer día de vacaciones en casa (pero de guardia). Intento desayunar leyendo la prensa digital. En ocasiones, imposible: las webs de algunos diarios son paquetes de galletas, ya no queda espacio en la pantalla para leer, seis pulgadas sometidas al eufemismo mercantilista («mejorar la experiencia de navegación»), comerte las cookies, la publicidad en ventanas emergentes que burlan el bloqueo predeterminado, las aspas canceladoras diminutas o camufladas, la tentación del adulterio con mujeres mayores de 50 que viven «en la región de Dos Hermanas».