Soraya en San Telmo.

Pantallazo del vídeo en directo de la toma de posesión de Moreno Bonilla en el Palacio de San Telmo. Filtrado con Pixlr.

La información de Diario de Sevilla sobre la toma de posesión de Moreno Bonilla destaca la presencia de la ex vicepresidenta del gobierno con Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría. Tiene su aquel, pero a mí me han llamado la atención otras dos cosas, ambas simbólicas. Una, el discurso neoandalucista del investido, mezcla de orgullo rancio y reafirmación de un espacio donde, al paso que vamos, el pastiche identitario va camino de camarote marxiano.

Y la otra, el bien conocido lugar elegido para el evento (y hora: tempranito para sentar a la cortesanía en tendido sombra), uno de los más visitados durante los últimos años, puntero de las agendas como lugar de concentraciones, kilómetro cero de partida o llegada de decenas de movilizaciones en defensa de la sanidad pública, la educación pública, el empleo digno, la memoria histórica y tantas otras reivindicaciones, pancartas, banderas, proclamas que siempre encontraron cerradas las rejas de palacio, hoy abiertas como símbolo de una victoria histórica que, a fuerza de una tozudez heredada de quienes la sembraron, cuidaron y nunca cejaron en el empeño de hacerla crecer, no va a impedir que, recogidas las sillas y despedidas las voces, los ecos, los trajes y perfumes de la buena nueva inaugural, vuelvan/volvamos a apostar sus/nuestras reivindicaciones, pancartas, banderas y proclamas junto a las rejas ya vueltas a cerrar, las policías acordonando el recinto y la sombra o el calor o el frío o la lluvia o las mascarillas del verano o el invierno.

Los personajes de Jean-Pierre Léaud (y él mismo) me persiguen desde que vi ‘Los 400 golpes’ hasta hoy, que por azar japonés me lo he encontrado con ‘El león duerme esta noche’ (¿una vez más interpretándose a sí mismo?), un azar que continuará su camino durante los próximos días: mi próxima retahíla/serie la voy a dedicar al director finlandés Aki Kaurismäki; empezaré por su ‘trilogía proletaria’ (‘Sombras en el paraíso’, ‘Ariel’ y ‘La chica de la fábrica de cerillas’).

Excurso: «No es posible liberar algo» -decía Aristóteles- «si no se conoce antes la atadura». La noche pasada (Last night) pude dormir (I dreamt) sin ventilador (that somebody loved me), solo con la ventana abierta; parece que no volverá a repetirse en unos días.

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