Sevilla con Memoria en un domingo de resurrección de las emociones.

Domingo de resurrección de las emociones. Tantos años convocándonos bajo el lema «Fuera Queipo de la Macarena», hoy nos hemos congregado para decir «Sevilla tiene memoria» a escasos metros de donde hace cinco años se aprobó la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía.

Lo he dicho alguna que otra vez: mucho de lo poquito que sé sobre memoria histórica y del movimiento memorialista me lo ha enseñado el maestro Juan Morillo (casi todo el resto es propiedad de Manolo Velasco). En el entorno donde me muevo, eso significa aprender de los mejores, los que más saben y los que llevan toda una vida en esto siendo protagonistas sin perseguir el protagonismo. Por eso le digo maestro al maestro Juan Morillo, además de por ser maestro de profesión. Y por eso la derrota del tiempo de los asesinos en sus refugios de la Macarena ha llegado cuando ha podido llegar, esto es, cuando la obstinación del movimiento memorialista ha obtenido el fruto de una Ley de la que son, en buena parte, también protagonistas. No habría habido Ley de Memoria en España sin tozudas plataformas, asociaciones y colectivos reivindicando verdad, justicia y reparación, y la exhumación de los asesinos privilegiados en la Macarena no se habría producido (con alevosía y nocturnidad) de no ser por la nueva Ley de Memoria y su ultimátum epistolar.

Lo sucedido nada tiene que ver con revanchas ni con equidistancias. Se ha saldado una deuda con las víctimas del franquismo, asesinadas en los muros cercanos a la basílica, apiladas de manera infame en Pico Reja. La compañera Ana Naranjo lo resuelve con estas líneas: «Faltan palabras de reparación a las familias de los 45.000 asesinados por su mano, y nos queda pendiente la recuperación del Cortijo de Gambogaz que nos fue robado y eliminar la fundación que aún lleva su sombre. Hoy recuerdo a la actual consejera de educación proteger al genocida en el Parlamento…’Señora Naranjo, a mi nadie me para por la calle para pedirme que exhumemos a Queipo de Llano…’ Señora del Pozo, nadie tiene que pararla por la calle para que un gobierno democrático cumpla la ley y proteja los valores democráticos…».

Gracias por tantos años de lucha, enhorabuena y fuerza para el camino que nos queda por recorrer.