Ser mujer hoy significa ser víctima del miedo y la desigualdad, dentro y fuera de casa

Hoy los noticieros han puesto en portada la libertad provisional para ‘la manada’, prácticamente al mismo tiempo que se anunciaban las exigencias de la ultraderecha de acabar en Andalucía con las leyes de violencia hacia las mujeres, y el primer asesinato machista del año en Laredo (Cantabria).

No me gusta utilizar la demagogia como línea argumental, ni en la vida, ni en la política, pero de estas tres andanadas sólo cabe una conclusión: ser mujer hoy significa ser víctima del miedo y la desigualdad, dentro y fuera de casa. Ante eso tenemos que tomar partido, porque cualquier posición neutral es ayudar al opresor, nunca a la víctima.


También han salido los datos del paro. Con las cifras aportadas hoy, la provincia de Sevilla sigue contando con casi 200 mil demandantes de empleo; aunque ha bajado ligeramente en diciembre (un 0,63%), se trata de un descenso mucho menor que la media estatal (1,55%) y lejos de la media de bajada andaluza (2,75%). Uno siempre se alegra de que haya menos personas sin empleo, pero la tónica de contrataciones precarias, de baja calidad y temporales (en nuestro caso, por las campañas comerciales de navidad y las agrícolas), no va a cambiar hasta que se deroguen las dos reformas laborales de PP-PSOE.

Y, por cierto: no me gusta utilizar la demagogia como línea argumental, pero mes tras mes el paro sigue siendo mayoritariamente femenino, y ahora que la ultraderecha asoma por la Junta de Andalucía, todo apunta a que las políticas discriminatorias hacia las trabajadoras van a campar, aún más, a sus anchas.