Nuestro compañero Francisco Martínez, alcalde de Fuentes de Andalucía, ha solicitado al ayuntamiento vecino de Cañada Rosal iniciar los trámites para recuperar los restos de las víctimas fontaniegas halladas en una fosa común del municipio carrosaleño. Según un informe reciente, los perfiles antropológicos encontrados allí son compatibles con el grupo de víctimas de Fuentes de Andalucía asesinadas entre el 17 y el 27 de agosto de 1936, entre ellas nueve mujeres —cinco menores de 20 años— que podrían ser las «Mujeres del Aguaucho».
La nota de prensa publicada por el gabinete de comunicación del ayuntamiento refleja el enorme trabajo memorialista que llevan desarrollando desde 2007, con proyectos de investigación, divulgación y homenaje a las víctimas del golpe militar y la dictadura. Personalmente he visitado en más de una ocasión el Parque de los Luchadores de la Libertad, he conocido buena parte de la financiación de publicaciones memorialistas, las búsquedas de fosas comunes en el antiguo cementerio de la localidad —destruido entre las décadas de 1980 y 2000—, y las campañas de recogida de ADN y solicitudes de identificación genética en colaboración con centros especializados de Granada.

Del fontaniego maestro Juan Morillo llegó la obra teatral dedicada a esas convecinas detenidas, vejadas, asesinadas y, según contaban, arrojadas por sus victimarios en el pozo de la finca El Aguaucho, perteneciente al término municipal de La Campana. Los hechos narrados y conocidos dicen que no eran niñas, sino mujeres que representaban todo lo que el franquismo odiaba de los ideales republicanos de emancipación e igualdad. Con «Romance del Aguaucho», Juan y su colectivo El Gallo Rojo se ha subido a decenas de escenarios y ha hecho pedagogía en espacios docentes y socioculturales. Las investigaciones en el pozo de la finca -que visité hace ahora 8 años- fueron infructuosas y, al mismo tiempo, una muestra más del afán de verdad, justicia y reparación de un pueblo, con su alcalde a pie de tajo, que nunca renuncia a recuperar la memoria de sus víctimas. La buena nueva venida de la exhumación de represaliados por el franquismo en Cañada Rosal, en caso de confirmarse los informes provisionales, supondrá el mejor telón de cierre de un relato que, lejos de terminar, servirá para enseñarnos el mejor camino de consolidación de los mejores valores del ser humano. Y el romance será historia democrática, pero viva, como dijo Eduardo Galeano: no ancla, ni llegada, sino punto de partida.