Lope de Vega («Fuenteovejuna lo hizo») en Peñaflor

Dice la Wikipedia al respecto de la obra de Lope de Vega Fuenteovejuna, que su filosofía «revela propuestas arraigadas en la tradición del ‘pueblo soberano’, capaz de desafiar todos los poderes institucionales y vencerlos con la fuerza de un arma tan ancestral como pacífica: la solidaridad».

Entre la Fuenteovejuna de Lope y la actual Fuente Obejuna hay 542 años (aunque fue escrita hace algo más de 400 años, está ambientada en tiempos de los Reyes Católicos). Y entre este municipio cordobés y nuestro Peñaflor hay una distancia de 90 kilómetros y, según Google Maps, una hora y tres cuartos en coche.

El drama municipal de Fuenteovejuna «se presenta con un protagonista colectivo (los habitantes del pueblo)» que, siguiendo la referencia citada más arriba, «ha llegado a conseguir categoría de símbolo, el del prototipo iconográfico-teatral de ‘la unión del pueblo’ contra la opresión y el atropello».

Es decir, que «desde la perspectiva del siglo XXI, Fuente Ovejuna aparece como una obra de contenido social y reivindicativo, en la que se representa la rebelión del pueblo llano». Dicho en términos coloquiales:el Pueblo unido jamás será vencido.

No sé cuántas de las tres mil seiscientas personas que viven en Peñaflor han estado todas a una hoy, en la manifestación convocada tras un mes de encierro en el centro de salud. Desde luego, han sido muchas muchas. Tantas, que si Susana Díaz se preguntase quién tiene la culpa de tanto alboroto, un 31 de julio, a pesar de un mes de encierro sin desmayo, del portazo que les dio en el Parlamento y de la censura que ha impuesto al asunto en los informativos de Canal Sur, tal vez alguien de su partido (de esos que a menudo veo revolotear a su alrededor en la cafetería del parlamento, riéndole las gracias), le susurre al oído «Fuenteovejuna lo hizo».