Hoy en el Parlamento hemos mantenido dos encuentros, uno con trabajadoras de la Residencia de Mayores de Huerta Palacios (Dos Hermanas) y otro para tratar diversos temas relacionados con sanidad pública, dependencia e infraestructuras educativas en Peñaflor.
En el caso de la residencia de Dos Hermanas (un tema que conozco bien desde mi etapa de concejal), se trata de intentar resolver carencias de personal -sobre todo de auxiliares- y de medios materiales en un centro que nació sin estar adaptado para grandes dependientes. Para presionar al gobierno andaluz en la resolución de todas estas importantes incidencias, hemos preparado una agenda de trabajo a desarrollar en las próximas semanas, que conjugan movilización y acción institucional.
Recortar derechos sin cambiar las leyes se está convirtiendo en norma no escrita. La rebaja del grado de dependencia a la hora de realizar valoraciones, o de revisarlas, se traduce en una reducción del número de horas de atención diaria a aquellas personas que lo necesitan. Hemos contrastado hoy esta situación con el alcalde de Peñaflor y sus compañeras del grupo municipal, pero es algo que estamos certificando en todos los municipios de Andalucía. Un recorte más que se une al de las miles de personas que fallecen antes de recibir las ayudas que otorga la ley.
En Peñaflor, además, seguimos con el problema que supone para sus vecinos y vecinas pertenecer a un municipio fronterizo entre Sevilla y Córdoba, donde la atención primaria, las urgencias y la hospitalaria están repartidas entre diferentes centros de ambas provincias.
Otro tema recurrente en materia de infraestructuras educativas tiene que ver con la obsolescencia de las instalaciones eléctricas de colegios e institutos. Suele suceder que todo se funde cuando se pone climatización en un centro (algo que debería correr por cuenta de la Junta de Andalucía, pero que en la práctica lo vienen financiando los ayuntamientos). En Peñaflor, por ejemplo, la Delegación Territorial de Educación lleva años diciendo que va a cambiar todo el cableado del colegio La Vega del Guadalquivir. Y año tras año no hay presupuesto, de hecho ni siquiera se ha terminado de redactar el proyecto de reforma. La conclusión es que no hay dinero para que nuestras hijas y nuestros hijos dejen de pasar calor en verano y frío en invierno, pero si hay dinero para recuperar el bomboplatillo de un AVE de Sevilla a Málaga que Moreno Bonilla saca del cajón cada vez que se acerca una convocatoria de elecciones. Y así todo.
