Este 1 de septiembre se cumplen 89 años del asesinato de la primera reportera en zona de conflicto en el mundo. Fue Renée Charlotte Amelie Lafont, nacida en Amiens, Francia, el 4 de noviembre de 1877. Traductora, escritora e hispanista, cubría la guerra civil española cuando las tropas de Franco la capturaron, ejecutaron a tiros y arrojaron a una fosa común en suelo cordobés.
Según leí hace algún tiempo -no recuerdo dónde, olvidé anotarlo- Renée Lafont iba el 29 de agosto de 1936 en el interior de un coche Studebaker del Ministerio de la Guerra del Gobierno de España, tripulado por corresponsales extranjeros. Al internarse en zona rebelde, por error, las tropas franquistas se alertaron y comenzaron a disparar. Las tres personas que ocupaban el vehículo saltaron e intentaron huir a pie; dos lo consiguieron, pero una bala alcanzó a «un individuo que quedó en tierra, que resultó herido en una rodilla y ser mujer, de más de 50 años, y vestida de hombre», según describen los militares golpistas en su posterior informe. Una vez capturada, fue conducida -incomunicada- a Córdoba, luego condenada a muerte y asesinada a balazos el 1 de septiembre del 36.
Sus asesinos la arrojaron en una fosa común en el cementerio de La Salud, junto a otras víctimas del franquismo. Es bastante probable que sus restos mortales sean los de «una mujer de 58 años y herida de bala en una pierna», exhumados en 2019 en el citado lugar y (aún) a la espera de conocer las pruebas de ADN para ser trasladados a su país. Solo hasta esas fechas recientes, gracias al interés y la difusión de su descendiente familiar, la presentadora de televisión Maitena Biraben (y el altavoz de medios como el periódico comunista L’Humanité o Le Parisien), su caso es conocido en Francia (y en nuestro país); pero en su momento, como el de casi 200 reporteras ignoradas que cubrieron la guerra de España, el asesinato de Renée Lafont solo tuvo una mención aséptica y tardía en el diario Le Populaire, para el que trabajaba.
«Muerta por la nueva España. La pobre Renée Lafont», comienza Le Populaire en su obituario publicado en primera plana… el 6 de octubre de 1936. Y añade: «No parece que haya sido ejecutada». No habría sobrevivido a sus heridas… La versión oficial franquista tampoco fue cuestionada por Le Monde illustré, que le rindió homenaje. Unas pocas palabras más durante el Congreso de la SFIO de 1937, y luego el silencio. (Journaliste fusillée par les franquistes, Renée Lafont, l’oubliée qui dérange, diario La Depeche, 2 de diciembre de 2017).
(La imagen que encabeza este texto está tomada de un acto de la Plataforma Comisión de la Verdad de Córdoba en el cementerio de la Salud, publicada el 15 de agosto pasado en un artículo del Diario Córdoba, que puedes leer aquí).