Hay veces en que un huevo

es igual a una castaña y/o los obstáculos son el camino; que, como dice Ismael Sánchez, el mérito es seguir vivo (versión punk de la maravillosa Lo raro es vivir de Martín Gaite). En la radio entrevistan a Jordi Sevilla. Sus reflexiones sobre la partitocracia son interesantes, aunque están contaminadas por el historial político del autor que las conduce. En la película del fin de semana pasado sonó Heaven Knows I’m Miserable Now, pero el joven nostálgico amanece con las lágrimas de Juliette Binoche al escuchar Electricity.

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Losing my religion.

Space Oddity.

Viernes noche en un coloquio sobre Gramsci. Caminando hacia el CICUS me sorprendieron las calles iluminadas, el escaparate de bañistas en San Bernardo, personas bailando «A quién le importa» en la puerta de un bar de copas, mujeres asiáticas barriendo las aceras de los restaurantes para turistas. Pero, sobre todo, me sorprendió llegar a un salón abarrotado de jóvenes y no-tan para escuchar a Daniela, Sarrión y Sierra compartiendo maestrías sobre hegemonía cultural, comparaciones odiosas con Laclau y rompeolas de significantes vacíos.

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Oficinas y tertulias.

Este viernes hemos presentado la Oficina Parlamentaria de Sumar Sevilla a los medios de comunicación. Como bien han explicado nuestro diputado Francisco Sierra y nuestra diputada Engracia Rivera, no se trata solo de un «espacio físico», que también (estará ubicada formalmente en Diputación), sino de trasladar la agenda social sevillana a las instituciones a través de una «estructura colaborativa y de coordinación que facilite a cualquier persona o colectivo poner en conocimiento de Sumar sus demandas para que se encaucen al nivel representativo que corresponda (Diputación, Parlamento de Andalucía o Congreso de los Diputados).

Hipérboles.

La capacidad de movilización que gastan los municipios de la Sierra Sur de Sevilla nunca deja de sorprenderme. Este jueves por la mañana han ocupado todo el frontal de los jardines del Parlamento andaluz, que es bien generoso en metros y espacio, para decirle a Moreno Bonilla que no van a cansarse nunca de exigir sanidad pública digna, que ni a la hora de las faenas de casa, ni a la de las faenas en el campo van a dejar de coger un autobús y plantarse por cientos y cientos para hacerse escuchar donde haga falta, porque no van a permitir que nadie les arrebate el derecho a la salud en sus pueblos.

Autobiografía: rima asonante.

Una red social me recuerda las fotos que publiqué el 6 de septiembre de 2019. Ese día me invitaron a almorzar en la caseta obrera de IU La Puebla de Cazalla y por la tarde asistí a la presentación de Neofascismo, la bestia neoliberal en el Espacio LaBarqueta de Sevilla, donde participó (en la presentación y en el libro) nuestro actual diputado Francisco Sierra. Este 6 de septiembre he echado la noche del pescaíto en la caseta El Gallo Rojo, de IU Palomares, y he regalado colectivamente Salvador Allende. Biografía política, semblanza humana, al cumpleañero Fernando Cárdenas. La historia no…

Primera sesión.

Mañana con los sentidos en orquesta parabólica: veo on line las votaciones en el Congreso (donde, como escribe Gerardo Tecé, «el parlamentarismo ha asesinado al relato mediático»), apuro y separo a ratos el estudio de mis cosas estivales (reciclaje, vaya), escucho música gratificante (tanto que pienso, aun consciente del desborde intelectual: «¿Cómo he podido vivir sin este disco desde 1981?») y, en modo residual, hasta escribo. En la pantalla aparece, de vez en cuando, nuestra mujer de rojo (Engracia Rivera) sentada al lado de la (nuestra flamante) vicepresidenta tercera, Esther Gil.