Sobre ‘Espectros de la Movida. Por qué odiar los años 80’, de Víctor Lenore

Hace años pensé empezar una novela basada en la Dos Hermanas de los ochenta del siglo pasado. De forma colateral llegué a escribir pequeños textos, más o menos autobiográficos, alguno de los cuales se convirtió en chatarra web (el grupo de Facebook «La Movida» en Dos Hermanas 1980-1995 recuperó uno sobre Mamma Luna).

Después de leer Espectros de la Movida. Por qué odiar los años 80, de Víctor Lenore, se me antoja que mi novela no escrita habría sido como el diálogo de los que no se enteraban de lo que decía Jesucristo al inicio de La vida de Brian.

Yo tenía 14 años cuando el golpe de estado de Tejero. Simplificando mucho (pero mucho), mi transformación en adulto estuvo condicionada por las canciones de Radio Futura, pero también por las obras del trío Beethoven-Marx-Cervantes, cuyas imágenes decoraban mi habitación. Mi mirada era periférica a todo lo que llegaba de la capital de reino, entre fascinada y perpleja, como la de la mayoría de la juventud inquieta de nuestro pueblo.

Aparte de la música de masas que movían las radiofórmulas (más o menos como ahora), aquella Dos Hermanas era muy Triana, muy Alameda y muy Medina Azahara, pero muy poco Derribos Arias, Kaka de Luxe o Paraíso.

La movida de la Dos Hermanas de los ochenta que yo vi (y puede ser hipermétrope) fue, por así decirlo, la expresión social, política y cultural de un grupo de adolescentes bastante reducido, que se dividía en tribus punkies nihilistas, comunistas del PCE, comunistas de la LCR y rockers, más ex hippies bien informados con lo que estaba pasando al norte de Despeñaperros.

En Madrid tuvieron a Tierno Galván y en Dos Hermanas tuvimos al inolvidable alcalde comunista Manuel Benítez Rufo entre 1979 y 1983. El polémico concierto de Alaska y Dinarama ya se hizo durante el mandato de Toscano, en un auditorio municipal que pocos años atrás formaba parte de un gran parque que había sido expropiado por el gobierno comunista a la familia Ybarra. Quiero decir con esto que la tesis que sostiene Víctor Lenore en su libro tiene una aplicación castiza brutal en nuestro pueblo, cuna del felipismo.

El libro de Lenore se lee rápido y se entiende igualmente rápido si has vivido aquellos años desde una interpretación, digamos, poco acomodada con los argumentarios oficiales de la llamada Transición. Mi interés por leerlo ha tenido mucho que ver con la formación de conciencia, ese aprendizaje permanente que exige no bajar la guardia ni relajarse ante las tentaciones y los cantos de sirena del sistema. Y no me ha decepcionado. En este sentido, no hace falta que compartas todo lo que opina su autor sobre este o aquel grupo o canción para agradecer la contribución de Espectros… a la causa.

Para saber más, aquí tienes:

Una entrevista a Víctor Lenore en Mundo Obrero: “La movida fue un movimiento político, militante, dogmático y panfletario en defensa de la sociedad de consumo” https://bit.ly/2D6izx7

Otra entrevista en Público: https://bit.ly/2Szuo4B

Y aquí una más reciente, de Monedero, en su programa En La Frontera: