Ucronías, abuelas rojas y el enemigo real

«Vayámonos lejos y no volvamos nunca», dice la enamorada de ‘Un verano con Mónica’, la película de Bergman. Todo el mundo lo ha pensado alguna vez, pero casi nadie lo ha puesto en práctica, salvo quienes se han visto en la obligación de huir de guerras, miserias o persecuciones. Cuando paso junto a un bar y escucho a unos fascistas cantar el himno y lanzar mensajes de ultratumba, o cuando veo el comunicado de IU El Viso sobre ataques homófobos a una pareja por tener la bandera arcoiris en su balcón… dan ganas de irte; pero ¿adónde? Y por otra parte ¿nos perdonaríamos un futuro de relatos ucrónicos sin haber luchado?

A lo largo de la mañana atraviesan el cielo varios aviones de guerra (o varias veces el mismo), haciendo ese ruido característico del trueno que hemos visto y escuchado también en la reciente masacre al pueblo palestino. Pero seamos positivos: hoy es el Día Internacional del Beso Robado («ese beso entregado al aire es para ti…»). Dicen que el beso reduce la presión arterial, disminuye el colesterol en sangre, alivia el estrés, combate el dolor y dispara la endorfina en nuestro organismo. Lo contrario a la política, vaya.

Parque Alcalde Isidoro Núñez González

El nombre de nuestro camarada Isidoro Núñez ya rotula el Parque Norte de Mairena del Alcor. No he tenido posibilidad de conocerle por sus problemas de salud, ni a su mujer, Trini, que no quiere dejarlo solo nunca; pero sí he podido saber más de él, gracias a compañeras y compañeros presentes en el acto, como Juan Holgado (entonces joven alcalde de El Viso) que compartieron aquellos años difíciles con Isidoro, las dificultades de llevar un pueblo desde cero en casi todos los sentidos, inmediatamente después de la dictadura, y los sacrificios y logros de su mandato.

El fútbol no tiene la culpa, pero un partido de la selección es la chance perfecta para que unos jóvenes ultras canten el himno con letra de enciclopedia Álvarez y griten «España una, España grande, España libre» justo después de un gol, en un bar en pleno centro de Dos Hermanas, a escasos metros de la esquina donde todo el mundo tenía que pararse a hacer el saludo fascista a partir de julio del 36. Si no vuelves a pasar por allí, por tal de no escucharlo, sabes que estás cediendo espacios, que no es como bloquear una cuenta en una red social.