La relación social

Se llama Gonzalo. Cuando habla de su situación laboral en Horno San Buenaventura, lo hace citando a compañeras y compañeros que han sufrido desahucios o dación en pago, que comen de la caja de resistencia, de las pensiones de sus mayores. Cuando vamos allí y hablamos de política general, sabemos que estamos hablando de quienes joden la vida a personas como Gonzalo, directamente, y a toda la cadena humana que lo rodea… hasta llegar a ti y a mí, y mañana a quienes vengan detrás nuestra, y así…

Por eso, lo que le pasa a él nos afecta a todas las personas que somos como él: trabajadores y trabajadoras. Él -y quienes estaban allí como él- ha sido hoy el protagonista ante las cámaras; el resto, quienes estamos a su alrededor, salimos en otras fotos, incluso en los telediarios, pero somos actores y actrices de reparto, fichas de dominó puestas en fila y que un dedo de otra cadena humana, con eslabones como Maruhenda o Ignacio González, se encarga de empujar para que vayamos cayendo poco a poco. Por eso apoyar hoy a lo que representa Gonzalo es también apoyarnos mañana, para que no nos jodan la vida.

Decía Marx: Un negro es un negro. Sólo en determinadas condiciones se convierte en esclavo. Una máquina de hilar algodón es una máquina para hilar algodón. Sólo en determinadas condiciones se convierte en capital. Arrancadas estas condiciones, no tiene nada de capital, del mismo modo que el oro no es de por sí dinero, ni el azúcar el precio del azúcar.

En la producción, las personas no actúan sólo sobre la naturaleza, sino que actúan también las unas sobre las otras. No pueden producir sin asociarse de alguna manera, para actuar en común y establecer un intercambio de actividades. Para producir, las personas contraen determinados vínculos y relaciones, y a través de estos vínculos y relaciones sociales, y sólo a través de ellos, es como se relacionan con la naturaleza y como se efectúa la producción.

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