La puerta que todavía podemos abrir

A pesar de Rajoy y Aznar, la excusa que más han escuchado los agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad desde el inicio del estado de alarma ha sido «voy a a casa de mi madre a llevarle unas pastillas». Mi hijo, en su tarea escolar de comprensión lectora, está hoy poniendo en valor el prefijo negativo “in”; ha encontrado en el diccionario unas cuantas palabras in- que podría aplicarse a aquéllos “ex”.

Durante la mañana han salido dos comunicados de prensa, uno ubicado en Lora del Río y el otro en Alcalá de Guadaíra, que tienen un elemento común: la disposición de nuestros grupos políticos a buscar una salida consensuada a la crisis en sus respectivos municipios. En ambos casos, ya se ha trasladado al gobierno local correspondiente (PP en un caso y PSOE-C’s en otro) una batería de propuestas en tono positivo.   

En estos días me estoy acordando bastante de Josep Fontana. Una vez más hubiera citado la frase de T.S. Eliot, “por el corredor que no tomamos, hacia las puertas que no abrimos” a la hora de analizar las consecuencias de la privatización del estado del bienestar; una vez más repetiría que este virus nos sitúa “por el corredor que aún podemos tomar, hacia la puerta que todavía podemos abrir”. También me he acordado de la dedicatoria que le hizo Xavier Domènech: 

De todo lo que sosteníamos en el pasado, hay algo que no nos avergüenza y de lo que no hemos renegado: el propósito de seguir luchando por un mundo donde haya la mejor igualdad posible dentro de la mayor libertad.

La hora del recreo de mi hijo y su madre es la de mi aseo diario para salir bajo la lluvia a guardar cola por el pan. El gato está tendido sobre la ropa sucia, como una prenda peluda más para la lavadora; en la playlist de novedades de Spotify se cuela una canción titulada ‘El matador’ («I will be numero uno, torero fino» … ) de otros The Smiths (parecería una provocación a los autores de ‘Meat is murder’, pero no lo es)… A la hora de la clase de conservatorio, la distancia social de un edificio de viviendas da bola para un trío musical (piano en el salón de casa, voz en el teléfono móvil y trompeta en donde el vecino del tercero).

San Google me recuerda que tal día como hoy, en 2013, estuvimos de camping por Mazagón. Era domingo, anduvimos buscando una playa nudista que nos habían comentado Fran Ricardo y Meme, que andaban también por allí. Desde entonces ha pasado un mundo, o cuatro telediarios, según se mire, pero ha sido ver la foto y por un instante me he trasladado allí.

No muy lejos de aquel recuerdo, por desgracia, hay hoy mucha gente hacinada que lo está pasando muy mal. Ya antes de la crisis sanitaria, pero ahora peor. Hace unos días, un grupo de compañeras y compañeros de Dos Hermanas echamos una modestísima mano a La Carpa, entregando alimentos y productos de higiene para los asentamientos de inmigrantes que hay en Huelva. Voluntarios de la Asociación Hispalense Solidaridad del Taxi vinieron a recogerlos. Hoy nos han enviado este vídeo.

La Carpa ya está preparando la quinta expedición. Si quieres colaborar, puedes llamar, de 10 a 14 horas, al número de teléfono 697988318.

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