La primera víctima de Fraga

Julián Grimau fue llevado al paredón la madrugada del 20 de abril de 1963. Tenía 52 años. En un plan vertiginoso del régimen fue condenado por un delito de “rebelión militar continuada” y fusilado en menos de 72 horas. Jueves por la mañana, Consejo de Guerra; viernes, Consejo de Ministros y no-conmutación; sábado en la madrugada, ejecución. “Fue ejecutado a las cinco de la madrugada, ante los faros de unas camionetas. Los reclutas del pelotón de fusilamiento estaban muy nerviosos. Dispararon 27 balas, pero el oficial al mando tuvo que rematarle con tres tiros de gracia». Alejandro Torrús, en Público (19.01.2013).

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