La piedra en la cabeza de la serpiente

Nabi Saleh es un poblado de 520 habitantes situado en el Estado de Palestina, a 5.780 kilómetros de distancia desde donde escribo. Allí nació Ahed Tamimi hace 17 años. Como toda su familia, es una activista contra la ocupación israelí de tierras palestina. Su padre, Bassem al-Tamimi, nos ha contado hoy en Sevilla cómo viven (es un decir) el día a día en su lucha por la dignidad de un Pueblo sometido a todo tipo de violaciones de los derechos humanos.

El genocidio, como en muchos lugares del planeta, es una práctica cotidiana en los territorios ocupados por el gobierno de Israel, que saca pecho de su poderío gracias al apoyo de Estados Unidos de América y a la ineptitud cómplice de la comunidad internacional.

En centro social Virgen de los Reyes, lleno de personas solidarias y comprometidas con la causa palestina, Bassem Tamimi, a quien llaman «el mártir vivo», nos ha dado una verdadera lección de entereza, a pesar de que en Nabi Saleh, donde todos sus habitantes llevan el apellido Tamimi, «cada lágrima por un muerto es una lágrima de todo el pueblo».

Cuatro veces detenido y cuatro familiares directos de Ahed han sido acribillados por el ejército, el último hace dos meses. Un francotirador intentó matarla, pero erró y acabó con la vida de otro chico. «El 40% de los heridos son niños. Balas reales, gases, aguas fecales, asaltos a todas las casas del pueblo. Más de 300 veces han entrado los soldados en la casa de Ahed. Bajo la ocupación no hay justicia».

Bassem nos ha contado que en una ocasión, tras la proyección de un documental que hizo llorar a todas las personas asistentes, Ahed Tamimi dijo: «Vuestras lágrimas son importantes para mí; nuestros ojos están heridos por los gases lacrimógenos. pero no somos víctimas, sino luchadores por nuestra dignidad. Y vosotras no sois personas que apoyáis nuestra causa, sois parte de ella. Estamos en la misma lucha».

Y un último mensaje de Bassem: «Israel no es un problema, es un síntoma de este régimen capitalista. En nuestro pueblo se dice que ‘una piedra sobre la cabeza de una serpiente aquí es igual que una piedra sobre la cabeza de una serpiente en otro lado’. Por favor, tirad la piedra sobre la cabeza de vuestra serpiente».