Como cada año (y en los últimos, a cuál más laborioso), acabamos juntándonos militantes y simpatizantes en nuestra sede para almorzar y echar un buen rato en el habitual salón de asambleas, sin más orden del día que estar juntos y disfrutar de la compañía.
Este año hemos ofrecido un más que merecido homenaje a Francisco Rey (nuestro único rey), Pepe «el ditero» (nuestro último maqui) y Antonio Fornet (ya estaba él en el PCE cuando en Dos Hermanas renació el PCE).
Tres personas (Rey y Pepe están conmigo en la foto, Fornet tuvo que irse antes), tres camaradas que han dedicado buena parte de su vida, de hecho la mayor parte y con riesgo de perderla en más de una ocasión, a la lucha por hacer de este mundo uno mucho más justo y solidario, palabras demasiado manoseadas hoy, pero tan llenas de sentido en este caso.
Hay muchas personas como Pepe, Rey o Fornet, de sus años y más jóvenes y algunos que ya no están a nuestro lado, que lo entregaron todo y nunca ocuparon puesto político o institucional alguno.
Su fidelidad tan grande como su firmeza, da tristeza que pase el tiempo por ellos, porque no hay memoria ni inteligencia ni años por delante capaz de superar sus historias, individuales y colectivas.
