El pabellón de los sueños

Never let me down again.

Mensaje de WhatsApp del maestro Juan Morillo: «Las luchas de las trabajadoras y trabajadores del Cerro del Águila trajeron al barrio los colegios, la urbanización de las calles, el centro de salud…y alejaron la contaminación del «guano», de las aguas sucias, las calles embarradas…En este empeño quedaron algunas vidas, vecinos atropellados y asesinados por balas represoras. El miércoles día 13 a las 17 horas, el ayuntamiento va a marcar con una placa el homenaje y recuerdo merecido. La Junta de Andalucía tiene el mandato en el BOJA desde enero de 2019 y aún no ha dicho ni pío. Debemos estar allí para recordarles y señalar que quedan necesidades vecinales y promesas incumplidas que satisfacer, recordamos la Ciudad de las Artes y la Cultura en las naves de Hytasa y el Plan Integral de Barrios. Te esperamos».

Aquí el cartel. Y aquí un pequeño vídeo de la última vez que anduve por aquella esquina donde mataron a Paco Rodríguez Ledesma, hace casi un año y medio.

Me voy a preparar las oposiciones de secundaria, no sé cuánto tiempo podré dedicar a los 69 temas de Formación y Orientación Laboral, pero me apetece intentarlo por mucho que las opciones apunten a la insensatez. Hice el Curso de Adaptación Pedagógica cuando la matrícula costaba 35.000 pesetas y el olor de las aulas aún no había cambiado de siglo; me tocaron las prácticas en el IES Llanes, con una profesora de USTEA que me presentó a su clase de artes gráficas anunciando que un servidor les enseñaría a hacer un currículum. Es extraño: cuando hablo con amigas y amigos docentes (particularmente: gracias, Salti y Manuel Tamajón) es como si echara de menos una profesión que nunca he ejercido, salvo aquellos días del CAP casi olvidados.

Termino de leer la autobiografía de Brett Anderson con la música que borró el pasado de Harold Budd. (Budd murió de Covid-19 hace menos de un mes y muchas grandes estrellas han lamentado su pérdida y reconocido su influencia). Escuchar ‘The pavilion of dreams’ es lo más parecido a recorrer apaciblemente el interior de un mar en calma.

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