Discurso del método

Copio/pego aquí mi intervención en el Consejo Provincial del pasado 23 de septiembre, donde fui elegido coordinador provincial de Izquierda Unida en Sevilla. Sin ánimo de enseñar, ni búsqueda del lado oscuro de la empatía, sólo por ejercicio de transparencia. 

En uno de sus discursos, José Díaz dijo lo siguiente: “Si no comprendéis el momento que vivimos, si no os ponéis a la altura de las grandes masas, que piden a gritos el Frente Único y la Concentración Popular para vencer al fascismo, cometeréis el crimen más grande que pueda cometerse contra las masas obreras y antifascistas que decís defender”.

Estas palabras, pronunciadas en los años treinta del siglo pasado y traídas por Alberto Garzón en el prólogo al libro 80 aniversario del discurso “La lucha por la unidad en plena reacción” de José Díaz, podrían servir también hoy como advertencia sobre la forma de acometer la gravedad del momento actual.

Hoy elegimos aquí a la persona que ha de representar a nuestra organización provincial tras la marcha del compañero Manuel Gutiérrez Arregui. Se trata, por tanto, de una situación excepcional. Pero, curiosamente, se trata de una situación excepcional en un momento excepcional, políticamente apasionante, en donde, si lo acometemos con audacia, lograremos hacer de la necesidad, virtud, y convertir la crisis social y política en una oportunidad de transformación.

Con los mimbres de que disponemos, hay que recorrer la provincia. Personalmente me pongo a disposición de todas las asambleas, desde mañana mismo, que ninguna diga que no ha sido atendida, que nadie diga que no tiene mi número de teléfono, que no se la ha tenido en cuenta, que no se la ha escuchado. Lo mismo digo de la relación con nuestros grupos institucionales: tenemos que facilitar una red que una y ponga en valor el trabajo de nuestras alcaldías, de nuestros grupos municipales, de quienes nos representan en la Diputación, en el Parlamento Andaluz y en el Congreso, crear ejes de horizontalidad en la verticalidad institucional. Estaré donde se me llame, y donde no se me llame, llamaré para ponerme a disposición si fuese útil, seré el mismo coordinador provincial para quienes hoy no me den su confianza con el voto, actuaré con lealtad personal y política a Izquierda Unida en todos sus ámbitos territoriales. Y jamás, repito, jamás, diré públicamente nada que pueda perjudicar a Izquierda Unida.

Esta mañana, en el desayuno, el sobre de azúcar tenía una frase del poeta Carl Bard que dice: “Aunque no podemos ir hacia atrás y tener un nuevo comienzo, todos podemos empezar desde ahora y conseguir un nuevo final”. Esa frase, que expresa el poder de tomar buenas decisiones después de haber tomado otras malas, nos debe hacer reflexionar sobre el futuro que queremos, no sólo para nuestras siglas, sino, sobre todo, para nuestro pueblo. Tenemos la obligación de ver la confluencia como una oportunidad  de ser útiles a quienes, como dijo José Díaz, decimos defender.

Depende de lo que hagamos, tendremos dos conclusiones: una, la que podríamos llamar “estrategia de Bertolt Brecht”, cuando escribió que el río no es imposible de navegar, sino navegable arriesgando la vida; la otra, la que podríamos llamar “estrategia del hombre de papel”, canción de Radio Futura en la que se decía “yo cambiaría mi traición por compromiso, pero en el fondo del compromiso hay una traición mayor”.

O nos tomamos esta reflexión en serio, o el capitalismo habrá ganado la partida. Mi propuesta es gramsciana: trabajemos con el pesimismo de la inteligencia y el optimismo de la voluntad.

Termino. Compañero Miguel Ángel, camarada: tú no eres mi adversario. Lo que nos diferencia es mínimo: los apoyos que podamos recibir y la conciencia de sentirnos honrados por coordinar una de las organizaciones provinciales más importantes de Izquierda Unida, si no la que más.

Salud y República.

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