Primer día de cierre de la actividad económica no esencial en Dos Hermanas, con una tasa Covid-19 de 1.050. Abajo, en la plaza, solo la tienda de comestibles, dos albañiles sentados a la hora del bocadillo y la imagen preciosa del día: la chica del kiosco de la ONCE jugando con su hijo. En los auriculares, Jonathan Wilson suaviza la oldie ‘Reach Out I’ll Be There’. Mi compañero Chus, parlamentario granaíno, comparte en su muro de Facebook una viñeta que demuestra aquello de la verdad de los borrachos y los niños.

En la cafetería ‘La penúltima’ están abonados a la discografía de El Barrio, que es el yerno de mis vecinos del quinto. Cada sábado me tomo un café allí mientras espero a que mi (ya no tan) pequeño salga de la hora de clases particulares de piano. El dueño es hijo de un compañero de CC.OO, así que mi paso semanal por ‘La Penúltima’ lleva matiz militante incorporado, más aún en estos tiempos difíciles para la hostelería.

Mañanita de niebla. En su 73 cumpleaños, mi jefe de cuando estuve en AVRA, el grandísimo Fernando Herrera, nos saluda con el lema «Mantengamos él pánico, no es momento para la calma!!!», dice que es un tuit de la Ser. Aquel maravilloso equipo humano seguimos manteniendo el contacto vía grupo de WhatsApp, algunos también nos vemos de vez en cuando.

Mañana de jueves en la concentración celebrada ante el centro de salud de Los Montecillos en Dos Hermanas. A la pancarta se unen trabajadores y trabajadoras del propio centro. Reivindicaciones: más personal, más medios y más presupuesto. Al megáfono, proclamas en defensa de una Sanidad Pública andaluza digna, sin recortes ni privatizaciones.

Que las adversidades no impidan el esfuerzo por avanzar. Hoy encuentros on line en (la Comisión Colegiada de) IU Andalucía; con Ismael Sánchez, María Izquierdo, Paqui López, el alcalde Pepe Ruiz y representantes del gobierno municipal de Peñaflor... y debatiendo con la asamblea de base de IU Dos Hermanas. Lo escribió Saint-Exupery: "Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella, el viajero se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada, se arriesga a olvidar cual es la estrella que lo guía".

Mi agradecimiento a las personas que habéis recordado en vuestros perfiles de Facebook a Concha Caballero, a quien perdimos un 21 de enero de hace seis años. Aquellos días fueron tan complicados para mí que, a pesar de ser su niño (María Izquierdo era su niña), ni siquiera tuve la posibilidad de asistir a su despedida. Es algo que, desde la perspectiva de hoy, no puedo perdonarme.