La mayor mentira jamás contada

Variación Renta Población

Hay dos cosas que todavía dejan residuos de las últimas fiestas: los caramelos de las cabalgatas pegados en el asfalto y los argumentarios cuñadistas en las cenas familiares.

Cifras que marean, para la vergüenza:

El Estado ha puesto a disposición de la banca un salvavidas de más de 280.000 millones de euros (18 de enero de 2014).

El Estado ha recuperado solo el 4% del rescate a la banca (4 de mayo de 2015).

El Estado dice que la banca ha devuelto un 80% más de ayudas de lo que estima el Banco de España (19 de octubre de 2016).

El rescate bancario ha consumido ya la mitad del dinero público comprometido: 60.718 millones de euros (10 de enero de 2017).

Típica respuesta del sentido común:

«¡Qué demagogia! ¡Es que si no se rescatan los bancos, nos jodemos todos por igual!»,

o

«¡Es que los ricos también han perdido mucho dinero en esta crisis!».

Patricas y plebeyos

Imagina que en tu colegio hay un desperfecto y quieres que lo solucionen. Entonces vas a tu ayuntamiento, donde te informan de que ese arreglo no lo pueden hacer trabajadores municipales porque esos desperfectos de los colegios son competencia de la Junta de Andalucía. Dicho en términos económicos: que es la Junta la que recibe el dinero de tus impuestos que se dedica al arreglo de los colegios y por tanto es la administración autonómica la que tiene que hacerlo, no el ayuntamiento.

Casos como estos hay un montón (en educación y en muchos otros temas) y es razonable que sucedan, porque la gente acude a lo que tiene más cerca. De hecho, en muchas ocasiones son los ayuntamientos los que acaban solucionando problemas que no son de su competencia; es decir: están invirtiendo dinero municipal que no reciben por hacer algo que se ahorra quien sí lo recibe.

Black mirror (Mundo Obrero, diciembre 2016)

Bajo el título «Millones para que sigan muriendo», Pascual Serrano nos da un baño de realidad en Mundo Obrero sobre adónde van los dineros que «generosamente donan» los multimillonarios. Es uno de esos artículos que sobrecogen porque hablan de convertir en franquicia la salud de la infancia en algo tan sencillo de curar como la diarrea.

Luego hacen un estudio las universidades de Duke, Stanford y University College en Londres y llegan a la conclusión que sigue la misma cantidad de enfermos y muertos y que el programa es un fracaso.

Cuento

30122016

Dime, querida, nos conocemos desde hace cuarenta años, ¿tú recuerdas si nos hemos acostado juntos alguna vez?

No, nunca.

Pues entonces… ¡lo mejor está por venir!

La Gran Belleza, Paolo Sorrentino, 2013.

 

Hace muchos años, más de treinta, sufrió una depresión. La depresión que sufrió aquel adolescente era poca cosa, pero era su poca cosa. Le diagnosticaron una especie de complejo con un nombre muy gracioso, relacionado con la dependencia emocional de sus padres, el affaire principito de Saint-Éxupery y la inmadurez Peter Pan; eso le dijeron, y le recetaron unas cuantas pastillas que le provocaron tres efectos, a saber: corrientes de agua bajo la superficie de un lago seco, inmunidad diplomática ante las adversidades y reflujos de educación judeocristiana.

Una oportunidad perdida: una nueva oportunidad.

Iniciamos 2017 dejando atrás el año en que, según Oxfam (1), el 1% de la población mundial acumuló más riqueza que el otro 99% en 2016, una de cada nueve personas careció de alimentos suficientes para comer y más de 1.000 millones de personas vivieron con menos de 1,25 dólares al día.

Paradójicamente, esos mil millones de personas en pobreza extrema son habitantes de países donde se gastaron casi 80.000 millones de dólares en armas vendidas por Estados Unidos, Francia y Rusia, o de países en desarrollo como Qatar, Egipto y Arabia Saudí (2), todos ellos implicados en conflictos de seguridad interior o guerras que violan cada día los derechos humanos más esenciales.

Winter is coming

Ya lo dijo Eduardo Galeano: dejemos el pesimismo para tiempos mejores. Hoy ha llegado el invierno y, después de años mirando para otro lado ante cientos de miles de hogares vulnerables, los partidos del régimen andan trajinando para apuntarse el tanto de una solución al tema de la mal llamada pobreza energética. Y lo han hecho, como siempre, a su manera: poniendo titulares mediáticos a las personas y pomadas a las eléctricas, no sea que se paren las puertas giratorias que conectan políticos y empresas.