Entre el cielo y el suelo

Análisis electoral: el único que ha acertado es Pablo Alborán.

VLADIMIR: ¿Qué? ¿Nos vamos?

ESTRAGON: Vamos. (No se mueven)

Aprender a esperar a Godot, en la terminología vulgar: «Hoy no, mañana». Felices en sus púlpitos, olvidan los pálpitos del 15M, aquel PPSOE no me representan; olvidamos las enseñanzas del pacto andaluz; olvidamos que los desahucios, las reformas laborales, los rescates a la banca… memoria del porvenir; olvidamos que la vieja política oficial va a ocupar más de doscientas butacas en el teatro de sombras del Congreso. Qué tiempos aquellos, parece que fue ayer porque casi fue ayer. No hay nueva mayoría: la de Tancredi, la que gana en esta lucha de clases, seguirá con sus creepers, sus endermans y sus zombies.

El Pueblo bajo el engaño de una ilusión. El contento de los nuevos sillones no tiene nada que ver con eso. Cierto que nos han zurrado a base de bien: el Pueblo que sufre, ha elegido entre susto o muerte, y se ha quedado con lo primero, que es lo segundo; o tal vez la fe de erratas de Benedetti. Nos ha dicho: que tú tampoco nos representas. Bien: entre el cielo y el suelo hay algo, «luego todo se apaciguó en un montoncito de polvo lívido».

«Si los hombres emplean su libertad de tal manera que renuncian a ésta, ¿puede considerárseles por ello menos esclavos? Si el pueblo elige por un plebiscito a un déspota para gobernarlo, ¿sigue siendo libre por el hecho de que el despotismo ha sido su propia obra?» (Herbert Spencer)

(Gracias, @_d) (Gracias, mamá de Marcelo).

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