El orgullo de Dulcinea
El éxito del activismo que están demostrando madres y padres del colegio Cervantes es fruto de muchos factores, todos exitosos. La situación particular de cada cual influye, evidentemente; pero el esfuerzo de la AMPA hacia el bien colectivo ha sido un motor tan, tan potente, que ha empujado a toda la comunidad educativa a no resignarse, a no conformarse con el primer pasito patrás que dio el ayuntamiento: «Nuestro colegio no se cierra. Salvemos el Cervantes» es un mensaje total, sin medias tintas, cargado de futuro, una exigencia que no se limita a las niñas y los niños que están ahora en sus aulas, ni a sus maestras y maestros. No: es una llamada a la acción para rechazar cualquier retroceso en la calidad de la educación pública, para exigir reformas y no derribos, para que haya un colegio mejor, no un colegio menos.