Atlas en su espalda

Mi amigo Gregorio dice que escribe por necesidad; o sea, que es escritor. Según esa línea editorial, que comparto de buen grado, I can get no satisfaction: ni escritor, ni político, ni jurista, aunque las tres palabras se me junten (y algunas otras) en la maleta de viajero.

Agotado por las redes sociales y a falta de recursos para desconectar fuera del hábitat, mis vacaciones de agosto servirán para resetear el método del discurso (perdón, Descartes), reprogramar mi relación con las voces y los ecos y seguir profundizando en todo lo hermoso que he descubierto durante la pandemia en sus diferentes momentos, incluyendo el actual.

Desde esta perspectiva, nada tiene de frustrante que un comunista en aprendizaje permanente eche mano de la canción más popular de los Rollings para hablar de, en el fondo, la necesidad de inconformismo.

Seguro que mi amigo Gregorio entiende esto que hace tiempo puse en la descripción de mi perfil de Instagram: «Leo, escucho, escribo, amo (casi siempre al mismo tiempo, no necesariamente en el mismo orden)». Todo lo que hago se mueve por las consecuencias de esas necesidades. Practicarlo requiere un esfuerzo que ni Atlas en su espalda, pero la recompensa es tan enorme que ni siquiera el señor Sansón.