Aire: el gobierno andaluz sigue golpeando las cacerolas

Cuando Moreno Bonilla anunció la supresión del impuesto de sucesiones en Andalucía, hace algo más de un año, se dijo que tendría un impacto «de unos 37 millones de euros (anuales) y beneficiará a unas 10.000 personas», concretamente «el 1,5% de la población de la comunidad que hereda más de un millón de euros». Apenas una semana más tarde de esa rebaja para las rentas más altas de nuestra comunidad autónoma, el gobierno trifachito andaluz rebajó también el IRPF del tramo autonómico a los más ricos. La reducción de impuestos, entre una y otra cosa, supondría 235 millones menos de recaudación en cuatro años. Dinero público que recuperaba el hijo de la duquesa y sus amigos, y que perdía la gente común.

El 4 de junio pasado, el presidente andaluz presentó el nuevo plan de empleo de la Junta, denominado ‘Plan Aire’, dotado de 169 millones de euros para la creación de 19.000 puestos de trabajo en nuestros pueblos y ciudades. Si lo comparamos con el plan equivalente que se aprobó en 2018, la cifra aportada supone un recorte de 110 millones de euros. Esta vez el tijeretazo sí para gente como tú o como yo, no para el hijo de la duquesa (que no lo necesita). Si alguien pensaba que la Junta de Andalucía iba a diseñar un ‘escudo social’ con este plan, más vale que vaya silbando aquello de «soñé por un momento que era aire».

Si comparamos los dos párrafos anteriores, la conclusión parece evidente: se reducen los impuestos a los pudientes y ese dinero que pierden las arcas públicas andaluzas la pagan las personas con más dificultades para acceder a un puesto de trabajo. O sea: hay una transferencia de capital de quienes menos tienen en beneficio de quienes tienen más, incrementando las desigualdades entre ricos y pobres. Así de fácil de explicar: nada nuevo bajo el sol. En los balcones andaluces, las cacerolas ganan, los aplausos pierden.

El ejemplo concreto lo puso días atrás nuestro alcalde de La Puebla de Cazalla: el municipio va a recibir este año el 38% de los fondos que recibió en el último plan de empleo de la Junta. En cifras y contratos de trabajo: si la vez anterior se transfirieron 425.800 euros que sirvieron para 46 puestos de trabajo con contratos de 6/7 meses; el nuevo Plan Aire sólo va a suponer 167.324 euros y 13 contratos (33 personas menos) en un municipio que, como todos, cuenta en la actualidad con un índice de paro superior al año pasado. En palabras del alcalde: más que «aire para los ayuntamientos, este plan es una tomadura de pelo».

En Sevilla se pierden 4.220 contratos de trabajo (si lo comparamos con el plan de empleo anterior), en una provincia como la nuestra que, a fecha de hoy, tiene 226.492 personas en paro, al menos un 10% más que el año pasado.

Un recorte más que pone de manifiesto cómo se entienden las cosas, igual que cuando se aprueban los recortes a las universidades públicas y los regalos fiscales a las grandes fortunas, la contratación de publirreportajes en diversos medios de comunicación para alabar su propia gestión o la bonificación al 100% de los impuestos a las máquinas tragaperras. Mucho aire, mucho ruído y muchas nueces para los de siempre. No: para ti, esta vez tampoco.

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