El piano gris
El padre de la danesa Agnes Obel tuvo que vender su colección de instrumentos musicales para que la familia pudiera comer. De entre ellos, había un piano gris que su hija, años más tarde, intentó encontrar sin éxito; en cambio, heredó uno de los bienes inmateriales más valiosos del ser humano: el amor por la música.
La madurez en el diario de Virginia Woolf
El orgullo de Dulcinea
El éxito del activismo que están demostrando madres y padres del colegio Cervantes es fruto de muchos factores, todos exitosos. La situación particular de cada cual influye, evidentemente; pero el esfuerzo de la AMPA hacia el bien colectivo ha sido un motor tan, tan potente, que ha empujado a toda la comunidad educativa a no resignarse, a no conformarse con el primer pasito patrás que dio el ayuntamiento: «Nuestro colegio no se cierra. Salvemos el Cervantes» es un mensaje total, sin medias tintas, cargado de futuro, una exigencia que no se limita a las niñas y los niños que están ahora en sus aulas, ni a sus maestras y maestros. No: es una llamada a la acción para rechazar cualquier retroceso en la calidad de la educación pública, para exigir reformas y no derribos, para que haya un colegio mejor, no un colegio menos.
En el Polígono Sur de Sevilla y en El Viso del Alcor. Y además… ‘Otra RTVA es posible’
Hoy hemos conmemorado el Dia Internacional de la Justicia Social asistiendo a la manifestación convocada por la plataforma del Polígono Sur ‘Nosotros También Somos Sevilla’, donde Paqui López, Nati y Paco Tejado hemos acompañado a la incombustible Rosario García y su gente en sus históricas demandas de dignidad para uno de los barrios ignorados de la ciudad (y de Andalucía). Sus reivindicaciones son históricas, y su lucha también.
En Alcalá del Río
Esta tarde de martes nos hemos citado Paco Tejado y un servidor con Gema y Jesús, de Alcalá del Río, para tratar un tema recurrente en muchos municipios: cómo afectan los recortes a la falta de transparencia e información de quienes nos gobiernan. La colaboración de Paco, como abogado y militante, es difícil de calibrar. Igual que la de otras personas que cada día se ofrecen para echar una mano, y dos si es necesario. Es algo que me llevaré en el zurrón de la memoria cuando ya no esté donde ahora estoy: cuánto me han facilitado mi trabajo, cuántas horas debo de gratitud y compromiso.